Cuestión de fe
de Bibiana Ricciardi
“Nos encantó haber compartido
el día de oración con ustedes”. El mensaje estaba escrito con marcadores, letras
redondeadas, y muchos signos de admiración. Si el receptor hubiera sido otro,
la niña hubiera cambiado los colores por el negro propio del mensaje de texto. Y
lo hubiera enviado en el momento adecuado, sin
ninguna necesidad de predecir el futuro. O sea, cuando el ómnibus se
alejara del pobre paraje campestre; no antes de llegar a la escuelita. Sería
aquello de la caridad cristiana. Agradecer por aquello que aún no se ha
conseguido. ¿Lo estaría escribiendo en el instante fatal en el que se acercaba
el tren?
La anticipación fue fatal. No es de buen agüero celebrar antes de tiempo.
Y mucho menos en el día de todos tus muertos. El forense guardó el papel
manchado de sangre, y continúo intentando armar el rompecabezas humano, con los
trozos de niñas esparcidos a su alrededor.
Inspirado en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/180430-56421-2011-11-03.html